La Casita de Inglés de Sanchinarro

Todas y cada una de las Casitas que han ido naciendo a lo largo de esta aventura, que tiene ya más de 15 años, tienen un significado especial para nosotros. A todas las une un hilo conductor, un mismo sueño: enseñar inglés a nuestros peques de la mejor manera posible – jugando. Y, sin embargo, cada una tiene sus propias peculiaridades, sus características que las hacen únicas, su atmósfera propia. La Casita de San Cugat, por ejemplo, siempre ocupará un lugar especial por tratarse de la primera que nació fuera de la comunidad de Madrid. La de Chamberí por ser quizás la más castiza, la de Pozuelo por ser la primera además de la central y así con todas nuestras Casitas. Hoy nos vamos a centrar en la de Sanchinarro por ser, quizás, la más genuina de todas al tratarse de una casita en el sentido más literal de la palabra. Una coqueta y acogedora cabaña cuya localización es maravillosa, al estar ubicada en una zona tranquila rodeada de vegetación. Sus instalaciones son un pequeño paraíso donde nuestros peques pueden dar rienda suelta a su creatividad, sus risas, sus ocurrencias y toda su energía. Sus salas interiores están llenas de vida. La sala de cocina y manualidades, la de baile, la de juegos, la de teatro y yoga y la express no solo están llenas de luz, sino que son espaciosas y confortables. Ideales para que los peques se sientan a gusto, tranquilos, cómodos y puedan disfrutar así de los talleres, sacándoles el máximo partido. Pero sus salas interiores no son el plato fuerte. Por lo que esta Casita es tan especial es, sin duda, por sus espacios al aire libre. Su zona exterior es cuidada con infinito mimo por Laura y María, sus directoras, que se han dejado la piel creando un lugar idílico en el que los niños no solo aprendan inglés de la mano de su maravilloso equipo de profesores nativos, sino en el que puedan explorar, experimentar y descubrir el mundo que les rodea en una lengua nueva. Plantas, juegos, merendero y mucho lugar donde jugar y quemar toda esa energía que les sobra. Y si no, que se lo pregunten a nuestros bebés de los playgroups. La idea de iniciar las sesiones de playgroups en las Casitas nos pareció, desde el principio, fantástica. Conociendo la demanda que hay actualmente por actividades alternativas a la guardería, nos pareció que crear estos talleres para bebés de 1 y 2 añitos, daba respuesta a un número, cada vez mayor, de familias que demandan nuevas fórmulas. Familias que contemplan la enseñanza de otro modo, que creen que las cosas se pueden hacer de otra manera y que además son conscientes de la importancia que tiene el inglés en la actualidad y lo beneficioso que es exponer a los bebés a esta lengua, tan necesaria, lo antes posible. Por eso, en estos últimos años, nos hemos esforzado en ofrecer esta opción pero de la mejor manera posible: grupos muy reducidos, inmersión absoluta, inglés nativo, creatividad y, por encima de todo, mucho amor, pues esa es la base de todo. La necesidad número uno de los bebés de estas edades. Y no solo se trata de que los peques vengan a pasar el rato y sencillamente jugar (que también es importantísimo) sino que además experimenten, creen, bailen, canten, en definitiva, que descubran el mundo que les rodea como tiene que ser: saboreándolo. Nuestros programas tienen como meta, no solo enseñarles inglés sino aprender valores y autonomía. Es sencillamente fascinante ver cómo crecen y se desarrollan en un período de tiempo tan corto. Y es, sin duda, una de las actividades que desarrollamos más gratificantes. En Sanchinarro los bebés de los playgroups cuentan, además, con la ventaja que supone tener a su completa disposición esas instalaciones de las que hablábamos antes. Todo un lujazo para ellos y un privilegio para el equipo de La Casita poder ser testigos de su precioso proceso de crecimiento. De verlos convertirse poco a poco en niños completamente preparados para comerse el mundo. «Children are not things to be molded, but are people to be unfolded.»