Los mejores maestros lo tienen clarísimo: La clave está en fusionar aprendizaje y diversión. Pero cuando se trata de niños muy pequeños y en un idioma que no conocen, esta hazaña no es tan fácil como parece. 

Una buena idea a la hora de abordar la enseñanza de inglés en las edades de 3 a 5 años es partir de algo que conocen. ¿Y qué mejor punto de partida que su propio cuerpo? Asimismo, os proponemos 5 recursos estupendos para animar a nuestros alumnos a mover el esqueleto, aprovechando al máximo su curiosidad innata y su incansable energía. 

1- Juegos de movimiento. A estas edades, un recurso que funciona muy bien es el de transformar instrucciones en un juego de movimiento. Desde el sencillísimo Simon Says… hasta las famosas carreras de relevos, siempre se puede incorporar el vocabulario que quieres enseñar. Por ejemplo, puedes decir “Simon says touch your toes!” o hacer una carrera de relevos en la que tengan que correr tapándose un ojo. 

2-Canciones interactivas: El potencial didáctico de las canciones es indudable, y más si se acompaña de movimiento y repetición. A continuación os dejamos algunas de nuestras canciones favoritas: This is Me!, Shake it Out, Head, Shoulders, Knees & Toes, Hello, My Body, Shake and Move

3. Puzzles de cuerpo humano: Este recurso es tan sencillo como dibujar un cuerpo humano en un papel enorme (o varios papeles para dividir la clase por equipos)  y después cortarlo en diferentes partes para crear un puzzle. A medida que los niños van colocando las piezas del puzzle, aprovecha para interactuar y poner en práctica el vocabulario aprendido. 

4. Juegos con tarjetas de vocabulario: Unas simples tarjetas con partes del cuerpo dibujadas pueden dar muchísimo juego (¡nunca mejor dicho!). Juegos de emparejar partes del cuerpo según su función, juegos de memoria, juegos de adivinar qué parte del cuerpo utilizamos para cada sentido, juegos de clasificar de mayor a menor tamaño… ¡las posibilidades son infinitas! 

5. Manualidades: ¡Deja que la creatividad sea su maestro! Puedes decirle a tus alumnos que diseñen un nuevo animal o un extraño alienígena, dejando el número y la posición de diferentes partes del cuerpo al azar. De esta forma, un alumno puede diseñar una criatura con tres cabezas, siete piernas, dos ombligos o treinta dedos. ¡Se lo pasarán pipa presentando su obra maestra al resto de la clase!

En definitiva, queremos recalcar la importancia de la diversión para conseguir un aprendizaje significativo, es decir, que perdure en la memoria. Porque cuando el aprendizaje se viste de juego, y las palabras se entrelazan con sonrisas, el inglés se convierte no solo en un idioma, sino en su compañero de juego.