Cosas a tener en cuenta cuando nuestro hijo/a es altamente sensible.

No hay ninguna duda de que nuestros hijos están viviendo en un mundo súper acelerado, en el que la sobreestimulación sensorial puede llegar a ser abrumadora. Como padres y madres, intentamos ser pacientes cuando nuestros hijos se sienten agobiados, pero ¿y si nuestros hijos responden ante los estímulos de una manera que nosotros consideramos desproporcionada? ¿Es normal que mi hijo llore así porque le molesta la etiqueta de la ropa o por ver un bicho muerto en el suelo? ¿Estaré criando a una persona “quejica»?

Lo que para algunas personas es una rozadura en el pie, para otras puede ser tremendamente doloroso. Lo que para algunos es un olor fuerte, para otros puede ser The Watermelon Seed:absolutamente repulsivo y lo que para algunos puede ser un cuadro bonito, a otros les puede parecer una obra de arte conmovedora. Es evidente que algunas personas son más sensibles que otras, pero no todo el mundo sabe que se ha acuñado el término PAS para denominar un rasgo hereditario que presenta una serie de características comunes.

¿Qué significa PAS?

Lo más importante es tener en cuenta que no se trata de un trastorno, ni una deficiencia ni un problema de salud. Simplemente, las personas altamente sensibles tienen un sistema neurosensorial más perceptivo y reactivo antes ciertos estímulos. De hecho, muchos profesionales de la salud mental desconocen esta condición, puesto que ellos se especializan en diagnosticar trastornos.

Llamamos PAS a las personas altamente sensibles, es decir personas que tienen una sensibilidad física y emocional por encima de lo habitual. Este rasgo hereditario se manifiesta en el 20% de la población, incluyendo a niños (a los que también se les puede denominar NAS o niños altamente sensibles).

¿Cómo identificar a las PAS?

Existen multitud de tests y cuestionarios para averiguar si somos PAS. Por ejemplo, nosotros recomendamos el famoso test diseñado por la Dra. Elaine Aaron, el Test PAS de PASESPANA o el test del D.José Mª Guillén Llado. Estos tests nos ayudan a identificar si mostramos una sensibilidad especial en cuanto a los 4 pilares fundamentales que caracterizan a las personas altamente sensibles. Evidentemente, hay conductas que son propias de la infancia y no todos los niños que manifiestan estos factores son PAS. Además, siempre debemos recordar que debemos abstenernos de poner etiquetas a nuestros/as hijo/as, sean como sean.

1.Profundidad de Procesamiento: Las PAS analizan muy profundamente cada pensamiento, y le dan muchas vueltas a las decisiones, pues tienden a cuestionarlo todo. Por este motivo, tienden a hacer preguntas existenciales, encontrando siempre un porqué a cada respuesta. Este análisis profundo de la información les lleva a disfrutar enormemente del arte y a explorar su creatividad.

2.Gran emocionalidad y empatía: Viven cada sensación muy intensamente y presentan un mayor número de neuronas espejo, por lo que muestran una gran empatía. Esto hace que las PAS sientan una impotencia muy grande ante las situaciones injustas, pues empatizan con las víctimas. Este tema nos afecta mucho como padres porque nos cuesta acompañar a nuestros hijos en su tristeza y tendemos a intentar reprimirla.

3.Sensibilidad hacia las sutilezas: Poseen un sistema sensorial muy agudo y captan un mayor número de sensaciones, incluyendo los detalles muy sutiles. Los olores, sabores, texturas y detalles en el plano visual pueden resultar desapercibidos por el resto pero son muy evidentes e incluso pueden llegar a ser molestos para las PAS. Además, esta sensibilidad hacia las pequeñas cosas les dificulta la concentración cuando hay varias tareas que realizar, provocando estrés y ansiedad.

4.Sobre estimulación o saturación: A veces pueden sentir la necesidad de apagar su cerebro ante tanta saturación de estímulos. No se manejan bien entre multitudes y les cuesta concentrarse cuando hay varias tareas que realizar, pues les resulta abrumador y sienten necesidad de escapar. Dependiendo de si la PAS es extrovertida o introvertida, esta búsqueda de desconexión se puede dar de diferentes maneras. Una muy característica es la necesidad de escapar a la naturaleza.

Creo que mi hijo/a es PAS. ¿Y ahora qué?

Como fuentes de información para este Post, hemos partido de una conversación entre dos expertas en el tema. Por un lado, Diana Jiménez, psicóloga adleriana y educadora en Disciplina Positiva. Por otro tenemos a Noelia Rodríguez, asesora de crianza y desarrollo personal para PAS. Además, Noelia conoce este rasgo en primera persona, pues no sólo es PAS sino que además está casada con una PAS y tiene dos hijos PAS. Puedes escuchar la conversación completa sobre este tema pinchando aquí.

También os recomendamos que veáis la entrevista que le hace Mamá valiente a Inés Aguilar, de La Casita de Wendy.

Ante cualquier duda en cuanto a educación, siempre abogamos por las enseñanzas de la crianza respetuosa, uno de los pilares fundamentales de La Casita de Inglés, para abordar la educación desde el afecto, sea cual sea la condición de nuestros hijos.

Tal como nos enseña la Disciplina Positiva, es importante no centrarse en la punta del iceberg (la rabieta, el desafío, el llanto…) sino analizar todo lo que hay debajo para poder acompañar a nuestros hijos en la manera en que ellos necesitan. Un ejemplo de los factores que pueden estar escondidos bajo esta punta del iceberg es precisamente la integración sensorial. Por ejemplo, si nuestro/a hijo/a tiene una rabieta cuando no quiere ponerse los calcetines, tenemos que tratar de averiguar qué hay detrás de esa respuesta (hambre, sueño, celos, miedo a salir de casa o incluso una sensibilidad extraordinaria a las costuras de esos calcetines).

Si bien es cierto que el rasgo PAS puede causar sufrimiento, lo cierto es que los niños PAS tienen un don maravilloso que les permite empatizar con los demás y gozar de los pequeños placeres intensamente. Simplemente tenemos que tener en cuenta que, su forma de entender la vida es más compleja que para los demás y requieren una atención más especializada.

Existen multitud de libros sobre el tema, como por ejemplo El Don de la Sensibilidad de Elaine Aron o La Guía para Personas Altamente Sensibles de Ted Zeff, así como servicios de asesoramiento para familias PAS por profesionales como Noelia Rodríguez.

Curiosamente, Noelia Rodríguez afirma que muchas familias cuando acuden al especialista por sus hijos, descubren que ellos también son PAS, pues se trata de un rasgo heredado. No es de extrañar, por tanto, que muchas madres y padres PAS sientan que la crianza de sus hijos les sobrepasa y busquen respuestas.

¿Cómo abordar la crianza cuando descubrimos que nuestro hijo/a es PAS?

Como padres, a veces tendemos a buscar un nombre para lo que le pasa a nuestros hijos, una patología o un término que valide nuestra experiencia. Esto se debe a que la sociedad suele darle más importancia a los trastornos que a los talentos.

Como hemos dicho antes, no todo niño sensible es PAS, puesto que muchos de los rasgos mencionados son propios de la infancia. En el caso de los que sí lo son, debemos evitar poner etiquetas o tachar el rasgo PAS como un problema. De esta forma, descubriremos todo el potencial positivo tiene y podremos ayudar a nuestros hijos a que su sensibilidad en los momentos difíciles sea más llevadera.

Es importante investigar sobre el tema pero no hay que obsesionarse con la técnica. La psicóloga infantil Diana Jiménez nos da un ejemplo estupendo: “Cuando le ofrecemos un vaso de agua a un niño, no le damos vueltas a la técnica, ni le explicamos cuidadosamente al niño cada paso, ni el ángulo en el que tiene que sujetar el vaso”.

La clave de todo está en acompañar a nuestros hijos desde el afecto. Algo tan sencillo como un “entiendo cómo te sientes” puede ser el primer paso cuando una PAS se siente desbordada por sus emociones. Otra estrategia útil es la de plantear alternativas pequeñas ante problemas que aparentemente no están a nuestro alcance. Por ejemplo, si nuestro hijo/a siente una impotencia terrible ante los incendios de nuestros bosques, puedes sugerir plantar un árbol en familia.

Lo que más necesitan las PAS es comprensión y aceptación por parte de su familia, pues lamentablemente, encontrar este tipo de empatía en el entorno escolar es cuestión de suerte. De hecho, el aprendizaje dentro del aula puede ser un desafío importante para los niños PAS, pues cada pequeño detalle se magnifica. Estos niños detectan con mucha precisión cada estímulo, desde la temperatura de la clase, el estado de ánimo de sus compañeros, hasta el tono de voz de su profesor. Podemos intentar hablar con los maestros de nuestros hijos sobre su condición PAS pero no todo el mundo tiene la apertura de mente para entenderlo.

Evitar el sufrimiento a toda costa es un error.

Como padres y madres, no queremos que nuestros hijos/as se sientan mal. Es lógico. Pero debemos tener en cuenta que no hay sentimientos mejores que otros y debemos aceptar que el sufrimiento es parte de la vida, incluso en los niños.

Nuestra sociedad siempre ha tendido a un estilo de crianza muy opresor a nivel emocional y no es justo. Nuestros hijos tienen derecho a sentirse como se sienten. ¡Claro que sí! Si nos centramos siempre en parar las rabietas o en que se termine su llanto lo antes posible no estamos conectando con ellos.

El arte de educar siempre busca encontrar un equilibrio en el que podamos acompañar a nuestros hijos en sus emociones sin dejar que se aferren a ese sentimiento. Pero tampoco hay que atosigarlos con lecciones morales ante cualquier problema, pues esto también les resulta agotador.

Como padres, nuestra misión es ayudar a nuestros hijos a ver qué cosas son importantes o no pero debemos basarnos en su experiencia, no en la nuestra. De esta forma, les ayudamos a que encuentren su parámetro. Algunas situaciones requieren una conversación pausada con ellos, pero hay situaciones que no requieren palabras, simplemente necesitan tu presencia.

Descubrir que nuestro hijo/a es PAS puede resultar útil para entender ciertos comportamientos pero no debemos dejar que la etiqueta PAS defina toda su existencia. Ser PAS no es un comodín para justificar todo lo que les sucede. Cada persona es un ser único y especial en sí mismo, con sus particularidades exclusivas.

Como colofón, no queremos despedirnos sin abrazar nuestra sensibilidad, tengamos el rasgo PAS o no. Es bonito mostrarse vulnerable, emocionarse con una puesta de Sol disfrutar de una deliciosa comida, escribir poesía o llorar con el dolor ajeno. Si tienes la suerte de tener un hijo/a PAS o si tu mismo/a has descubierto este rasgo en ti, ¡enhorabuena! La creatividad y la empatía son virtudes maravillosas que construyen y enriquecen nuestra sociedad.